Siempre guardo cáscaras de ajo. Déjame compartir contigo el secreto de mi abuela.
Nuestras abuelas entendieron la importancia del reciclaje dentro del hogar, encontrando nueva vida incluso en los restos de la cocina. Uno de esos tesoros son las cáscaras de ajo, que tienen usos sorprendentes más allá de dar sabor a los platos.
El ajo y la cebolla son alimentos básicos culinarios que realzan innumerables recetas con sus distintos sabores. Pero después de agregar ajo a un plato, en lugar de tirar las cáscaras, nuestras abuelas tenían un truco ahorrativo bajo la manga.
En lugar de desperdiciarlas, las cáscaras de ajo se pueden reutilizar de una manera inteligente y económica. La sabiduría de esta abuela se extiende a la jardinería y ofrece una solución sencilla pero eficaz para la protección de las plantas.
Para aprovechar las propiedades antifúngicas y antiparasitarias del ajo se puede realizar una infusión casera. Así es cómo:
- Llena una olla con 1 litro de agua.
- Agrega las cáscaras de 4 dientes de ajo a la olla.
- Lleva la mezcla a ebullición y déjala hervir a fuego lento durante unos treinta minutos.
- Una vez enfriado, cuela el líquido y transfiérelo a una botella con atomizador.
- Rocíe el líquido infundido sobre las hojas y la base de las plantas para protegerlas de enfermedades.
Al utilizar este remedio natural, no sólo minimizará el desperdicio sino que también nutrirá su jardín con una solución sostenible.