Uno de los fenómenos que sufren muchas plantas de interior es la clorosis, que es una decoloración de las hojas debido a la falta de clorofila. Esta decoloración les da una apariencia amarillenta, que no es el color deseado para las plantas de interior. Ya sea que tenga un pulgar verde o no, aquí hay 4 consejos caseros para evitar que sus plantas se vuelvan amarillas y, por lo tanto, se quemen.

¿Por qué las plantas se vuelven amarillas?

Las plantas de interior pueden decorar nuestro entorno y aportar un toque exótico. Aunque hay algunas plantas que son fáciles de mantener, otras, por el contrario, requieren un cuidado especial. Y por una buena razón, pueden ver que sus hojas se vuelven amarillas si no se mantienen adecuadamente.

Un amarillamiento de las hojas significa que las plantas en maceta están experimentando  una anomalía en el nivel de riego. Cuando las plantas no se riegan lo suficiente, se vuelven marrones, se marchitan y se secan. Pero cuando reciben demasiada agua, las raíces se pudren y la planta ya no puede alimentarse. Resultado: Los bordes de las hojas pueden volverse amarillos o también pueden aparecer manchas marrones. Otro factor relacionado con el amarillamiento es la deficiencia de nitrógeno. Este último juega un papel esencial en el proceso de fotosíntesis.

¿Cómo prevenir el amarillamiento de las plantas?

Estos son algunos consejos de la abuela para cuidar las plantas de interior y evitar que se pongan amarillas.

1. Deje reposar el agua de la planta durante 48 horas.

En un recipiente grande, ponga su agua y déjela reposar durante aproximadamente 48 horas para permitir que los cristales de calcio se precipiten. Esto dará como resultado un equilibrio químico entre los cristales de calcio y los iones disueltos que forman cristales suspendidos.

Pulveriza la mezcla sobre tus plantas y verás que mantendrán su brillo más tiempo del esperado gracias a este remedio evitando el uso de productos químicos.

Agua 

2. Usa vinagre o limón para regar las plantas y acidificar el agua

Un valor de pH demasiado bajo o demasiado alto puede dañar las plantas. De ahí la importancia de ajustarlo correctamente. Para las plantas que necesitan tierra ácida, bastará con una simple cucharadita de vinagre o jugo de limón por litro de agua. Mezcle bien los líquidos y déjelos reposar durante unas horas antes de regar la tierra. Notarás la diferencia. Será mucho menos probable que las plantas se vuelvan amarillas y la textura de sus hojas será aún mejor.

3. El retorno de los posos de café como abono para la planta

Más allá de sus múltiples usos para el cuerpo y para el hogar, los posos de café contribuyen al mantenimiento de las plantas de interior. Su relativa acidez y riqueza de nutrientes lo convierten en una herramienta necesaria para acidificar el suelo. Sin embargo, usar demasiado café molido puede hacer que aparezcan malas hierbas. Coloca una ligera dosis de café molido en la tierra y observa el resultado a lo largo de los días. Esto evitará que las hojas se amarilleen o se quemen.

plantar los posos de cafe 

café molido para tus plantas – Fuente: spm

4. Un remedio para curar la deficiencia de hierro en las plantas

Algunas plantas pueden sufrir de clorosis férrica que significa deficiencia de hierro y se caracterizan por el amarillamiento de las hojas. Además del exceso de calcio, el fósforo o un suelo demasiado húmedo pueden ser factores que bloqueen la asimilación del hierro.

Los productos orgánicos para curar esta deficiencia están disponibles en tiendas especializadas. Sin embargo, es posible superar el bloqueo de la asimilación del hierro gracias a un simple truco que consiste en drenar el suelo y cubrirlo con mantillo vegetal, es decir, agujas de pino o incluso cáscaras de cítricos.

Por último, las plantas de interior necesitan un mantenimiento especial para mantener su vitalidad y, por tanto, su color. Es importante cuidar las plantas de la forma más natural posible con estos remedios caseros.