Cómo plantar y cultivar anís

El anís es una planta tanto culinaria como medicinal que crece fácilmente en los jardines, requiriendo poco mantenimiento. Si deseas aprovechar esta planta en tu propio espacio, aquí te damos los pasos y consejos necesarios para plantarla y cultivarla con éxito.

Características del anís

  • Tipo: Planta de huerto.
  • Altura: De 30 a 60 cm.
  • Color de la flor: Blanco.
  • Exposición: Soleada.
  • Tipo de suelo: Rico en humus, bien drenado.
  • Follaje: Caducifolio.
  • Ciclo de vida: Anual o bienal.
  • Mantenimiento: Fácil.
  • Propiedades desinfectantes: Sí.
  • Plagas comunes: Caracoles y babosas.
  • Variedad: Pimpinella anisum.

Orígenes y particularidades del anís

El anís, también conocido como “bouquage”, pertenece a la familia de las Apiáceas. Su nombre científico es Pimpinella anisum, y sus hojas tienen una forma que recuerda a las plumas de los pájaros. Durante el verano, el anís desarrolla un follaje verde que se mezcla con pequeñas flores blancas en forma de umbelas. Estas flores, al madurar, producen semillas alargadas con un aroma distintivo.

El anís ha sido cultivado desde tiempos antiguos, especialmente en el Medio Oriente, de donde es originario. Es importante no confundir el anís con otras plantas de características similares, como el comino, el hinojo o el anís estrellado, ya que aunque todas ellas tienen usos culinarios y medicinales, poseen propiedades diferentes.

Propiedades medicinales del anís

El anís verde es muy valorado por sus propiedades digestivas y carminativas. Es un remedio natural eficaz para tratar problemas digestivos como la hinchazón y los gases. Además, se utiliza para calmar la tos seca, combatir la bronquitis y aliviar los dolores menstruales. Estos beneficios se pueden aprovechar consumiendo anís en forma de infusión o utilizando su aceite esencial. Gracias a estas propiedades, el anís ha sido utilizado durante siglos en la medicina tradicional.

Usos del anís en la cocina

El anís es una planta muy versátil en la cocina. Sus semillas se utilizan en una amplia variedad de recetas, desde pasteles y helados hasta platos de pescado y el famoso pan de jengibre. También es un ingrediente común en bebidas alcohólicas como el raki, el ouzo y otros licores aromatizados. Además, las semillas de anís se emplean en la preparación de las tradicionales golosinas Anis de Flavigny, elaboradas por monjes benedictinos en la Abadía de Flavigny.

Cómo plantar anís

El anís puede plantarse directamente en el huerto o en un jardín de hierbas aromáticas. Es una planta que prefiere suelos ligeros y ricos en humus, con buen drenaje y una ubicación soleada.

Plantar anís en tierra:

El momento ideal para sembrar anís es en primavera, adaptando la fecha de siembra según la región y el clima, para evitar el riesgo de heladas. Para plantar, sigue estos pasos:

  1. Mezcla el suelo con compost para enriquecerlo.
  2. Siembra las semillas en hileras separadas por 40 cm entre sí.
  3. Cubre ligeramente las semillas con tierra.
  4. Riega regularmente durante aproximadamente 15 días, hasta que las plántulas germinen.
  5. Una vez que las plantas alcancen un buen tamaño, aclara cada 20 cm para darles suficiente espacio.

Plantar anís en maceta:

Si prefieres plantar en macetas, utiliza una mezcla de tierra para macetas, tierra de jardín y arena en partes iguales. Esto asegurará un buen drenaje y proporcionará los nutrientes necesarios para el crecimiento de la planta.

Cuidados del anís

El anís es una planta que requiere muy poco mantenimiento. Lo más importante es mantener un riego regular durante la fase de germinación, y luego continuar regando en días calurosos cuando el suelo se seca. Si cultivas anís en macetas, es recomendable esperar a que el suelo esté seco a una profundidad de 1 cm antes de volver a regar. También es útil desmalezar el área alrededor de la planta y aporcar la tierra para mejorar la estabilidad de las plantas.

El anís no necesita poda, ya que se recolecta anualmente.

Recolección y conservación del anís

A finales del verano, las cabezas florales del anís cambiarán de verde a un tono amarillo pálido, momento en el cual estarán listas para ser recolectadas. Para la recolección:

  1. Corta los ramilletes de flores y cuélgalos boca abajo en un lugar seco.
  2. Coloca un cartón debajo de los ramilletes para recoger las semillas que caigan.
  3. Una vez que las semillas estén completamente secas, guárdalas en frascos herméticos para su conservación.

Plagas y enfermedades del anís

Aunque el anís es bastante resistente a las plagas, puede ser atacado por caracoles y babosas, especialmente cuando las plantas son jóvenes. Para protegerlas, se recomienda crear barreras naturales con cerveza o ceniza alrededor de las plantas. Curiosamente, el anís también actúa como un repelente natural para otras plagas comunes en el jardín, como los pulgones, gusanos y orugas, por lo que puede ser útil plantar anís alrededor de otras plantas para mantenerlas a salvo.

Propagación del anís

La propagación del anís se realiza a través de la siembra de sus semillas. Una vez recolectadas, las semillas pueden conservarse durante hasta tres años manteniendo su capacidad germinativa.

Con estos consejos, podrás disfrutar de los múltiples beneficios que el anís ofrece tanto en el jardín como en la cocina. Ya sea para utilizar sus semillas en recetas o para aprovechar sus propiedades medicinales, el anís es una planta versátil y fácil de cultivar, ideal para cualquier amante de la jardinería.