No me gusta la idea de tener que agregar químicos a mi huerto.

¿También cultivas tus propias verduras?

Así que seguramente no querrás comer verduras potenciadas con tóxicos, ¿verdad?

Por no hablar del aspecto económico que no es despreciable para este tipo de productos.

Entonces, ¿por qué no hacer sus propios fertilizantes naturales para su jardín, en lugar de comprar productos dañinos y costosos?

No se preocupe ! Es fácil, rentable y más saludable para toda la familia.

Básicamente, las plantas solo necesitan 3 nutrientes principales para prosperar: NPK, es decir, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).

El nitrógeno es necesario para el crecimiento de las hojas y los tallos verdes, el fósforo para las flores y los frutos y el potasio para la salud de las plantas.

Pero las plantas también necesitan micronutrientes. Algunos de ellos incluyen magnesio, calcio y azufre.

Ahora que sabe cómo funciona, aquí están los 7 mejores fertilizantes naturales para el jardín que puede hacer usted mismo fácilmente.

1. CAFÉ MOLIDO

Los posos de café son un fertilizante natural que no solo agrega nitrógeno al suelo pobre, sino que también aumenta la acidez del suelo.

Es particularmente apreciado por rosas, hortensias, magnolias y rododendros.

Puede agregar hasta un 25 % de café molido al suelo en la base de las plantas. También mejora la materia orgánica del suelo.

Descubre 18 usos del café molido aquí.

2 CÁSCARA DE BANANA

Con una gran cantidad de potasio, fósforo y calcio, las cáscaras de plátano son perfectas para la floración y la reproducción de las plantas.

Simplemente entierre una cáscara en el suelo en la base de la planta y deje que se descomponga.

También puede congelar plátanos demasiado maduros en lugar de tirarlos. Luego entiérrelos junto a una planta necesitada tan pronto como surja la necesidad.

Si prefiere usar un rociador, remoje una cáscara de plátano en agua durante 2 o 3 días, luego use el agua para rociar plantas o plántulas.

Descubre 10 usos de las cáscaras de plátano aquí.

3. SAL DE EPSOM

La sal de Epsom agrega magnesio y azufre al suelo. Es especialmente bueno para tomates y rosas.

El agua salada de Epsom es excelente para las plántulas y también para reducir el impacto del trasplante.

Conocido por dar a las plantas un color verde oscuro, especialmente en suelos bajos en magnesio, esta es una receta rápida y fácil.

Para ello, pon 1 cucharada de sal de Epsom en 4 litros de agua. Utilice esta mezcla para plantas de interior y exterior.

La sal de Epsom también se puede mezclar en el suelo alrededor de las plantas a razón de 1 cucharada por cada pie de 60 cm de altura y agua.

4. CÁSCARAS DE HUEVO

Las cáscaras de huevo son muy ricas en calcio, que es necesario para el buen crecimiento de las plantas.

Si alguna vez ha tenido flores de tomate podridas en sus plantas de tomate, probablemente tenga un suelo con deficiencia de calcio.

Para remediar esto, triture las cáscaras de huevo y entiérrelas debajo de la superficie del suelo.

Para una mejor eficacia, también puedes usar un spray mezclando 20 cáscaras de huevo y 4 litros de agua.

Hierva las cáscaras de huevo en agua durante unos minutos, luego déjelas reposar en el agua durante la noche.

Usa un colador y vierte el líquido en una botella con atomizador. Pulverizar directamente sobre el suelo.

5. INFUSIÓN DE HIERBA CORTADA

Aquí hay una excelente manera de obtener un fertilizante con alto contenido de nitrógeno: use césped cortado.

La receta es muy simple y le permite reciclar el césped cortado.

Llene un cubo de 25 litros con hierba recién cortada y cubra con agua. Dejar reposar de 3 a 5 días.

Diluir esta infusión de hierbas a razón de una medida de infusión por 9 de agua. Luego riega tus plantas.

6. INFUSIÓN DE COMPOST ORGÁNICO

Hecho exactamente de la misma manera que los recortes de césped, pero con compost orgánico. Pon un poco de abono orgánico en un balde y cúbrelo con agua. Dejar macerar durante 2 o 3 días, luego filtrar.

Esto da como resultado un líquido mucho más rico con una variedad de nutrientes, perfecto para cualquier planta.

Diluir antes de usar para que tenga un color ámbar (no más oscuro). Puede rociarlo o regar las plantas solo en el período de crecimiento.

7. AGUA DE COCCIÓN

¡No tires el agua de cocción de tus verduras! Por qué ?

Porque es rica en nutrientes y sales minerales necesarias para el crecimiento de las plantas.

Para ello, simplemente deja enfriar el agua de la cocción y riega con ella tu huerto. Fácil y ecológico, ¿verdad?