Sembrar en casa es una de las cosas más productivas que uno puede hacer, no solo es muy entretenido. Sembrar plantas y frutas es algo que se está llevando a cabo mucho últimamente en los hogares, pues le regalan frescura a nuestro hogar, y no hay nada mejor que cultivar tus propios alimentos.

Algunas personas no lo realizan debido a que no crean que sea tan sencillo y piensan que se requieren muchos detalles algo complicados.

Sin embargo, el cultivo de uva es muy sencillo ya que se puede hacer la comodidad de nuestras casas, pues no es necesario tener un terreno de tierra demasiado extenso. Con un contenedor o maceta será suficiente para hacerla crecer.

Lo mejor es que si mantienes tu planta bajo los cuidados necesarios hará que sus frutos sean incluso más deliciosos que los que puedas comprar en el mercado, pues no sufren la industrialización y los efectos de componentes químicos.

¿Cómo puedo sembrar uvas en mi casa?

– Asegúrate de la fecha correcta

La fecha idónea para cultivar es en invierno, hasta los primeros días de la primavera. Si no te encuentras en este período es mejor que esperes hasta entonces.

– Selecciona las semillas

Aunque la uva es una de las pocas frutas capaces de adaptarse a una gran variedad de suelos y climas, si quieres que tu cultivo tenga éxito, es importante que sepas con seguridad cuál es el mejor tipo de uva para tu zona.

Una vez tengas las semillas, debes:

-Limpiarlas con agua a temperatura ambiente.

-Colocarlas todas en un vaso de agua (200 ml).

-Separar las semillas que floten y desechar las demás.

-Dejarlas en remojo dentro del vaso de agua durante, al menos, 24 horas.

¡Hora de cultivar!:

Una vez seleccionadas las semillas, deberás buscar un contenedor o maceta con tierra fértil donde se pueda cultivar.

-Haz entre 3 y 4 orificios cercanos dentro de la tierra.

-Estos deberán tener, al menos, 10 centímetros (4 pulgadas) de profundidad.

-Coloca un par de semillas por cada orificio.

-Rellena los orificios con tierra, sin oprimirla demasiado.

-Riega inmediatamente la tierra.

Los primeros brotes:

La planta comenzará a brotar entre 6 y 8 semanas luego de su cultivo, así que debes tener paciencia.

Cuando hayan crecido 8 centímetros (3 pulgadas) deberás trasplantarlas a un contenedor más grande.

De la maceta al terreno:

Cuando la planta haya alcanzado los 30 centímetros (12 pulgadas) será hora de trasplantarlas a tu jardín.

Sin embargo, antes de hacer esto, no te olvides de:

-Hacer una limpieza del terreno que se vaya a utilizar, para quitar cualquier rastro de impurezas que pueda haber en la tierra.

-Aflojar la tierra, de esta manera la planta podrán crecer sin dificultades.

Una vez preparada la tierra, tendrás que:

-Hacer un hoyo de unos 40 centímetros (16 pulgadas) de ancho y 40 centímetros (16 pulgadas) de profundidad.

-Trasplantar con cuidado y rellenar por encima con tierra fértil.

-El soporte para la planta

Esta planta se caracteriza por ser trepadora, debes asegurarte de que tenga soportes firmes y así crezca sin problema alguno.

En su primer año de vida bastará que uses un par de estacas de madera o algunas varillas metálicas. Deberás amarrarla a estas para que crezca lo más derecha posible.

Al paso del tiempo las estacas no serán suficientes, lo recomendable es construir un alambrado para que pueda extenderse.

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