Es fundamental que las semillas que vamos a plantar sean de limón orgánico. Elige la que veas más llena de vida y recuerda que necesita mucho sol y tierra húmeda

Un limón

Es muy importante que consigas un limón orgánico, ya que las semillas de limón no orgánico pueden ser estériles. Todo tipo de semilla de limón orgánico te va a funcionar, pero en caso de tener limitaciones de espacio o clima, te recomendamos conseguir una variedad específica llamada limón Meyer. Este tipo de limón es más pequeño y suele utilizarse con fines ornamentales, por lo que nos facilita sembrarlo en macetas para interiores.

Tierra para macetas

Te puede servir todo tipo de tierra orgánica, pero recomendamos utilizar una mezcla de turba, perlita, vermiculita y fertilizante orgánico.

Macetas

Para la germinación bastará un recipiente con orificios para drenaje, que cuente con 5 o 6 pulgadas (12 o 15 cm) de profundidad y unas cuantas pulgadas de diámetro. Ten en cuenta que posteriormente tendrás que replantar tu árbol cuando ya haya germinado, y que los limoneros van a preferir un recipiente que sea más ancho que profundo, así que procura elegir una maceta que sea más ancha.

Luz solar

Los limoneros requieren de mucha luz solar, especialmente cuando están brotando. Lo ideal es que lo coloques cerca de la ventana o en el jardín para que reciba las horas de sol necesarias. En cualquier caso, si no estás en un clima apropiado, puedes conseguir una luz de crecimiento.

Método para la germinación de la semilla de limón

En primer lugar, debes humedecer previamente la tierra de la maceta. Para ello, coloca una parte de la tierra en un balde o cubo y agrégale agua hasta que la tierra esté bien húmeda.
A continuación, humedece el recipiente y llénalo con la tierra. Recuerda dejar unos centímetros libres antes de llegar a la parte superior.

Parte el limón y elige la semilla que consideres más llena de vida. Luego, llévatela a la boca y chúpala hasta que el sabor de limón haya desaparecido. Ten en cuenta que la semilla debe permanecer húmeda para poder germinar. Por lo tanto, procura mantenerla en la boca hasta que sea la hora de plantarla.

Planta la semilla ½ pulgada (1,2 cm) por debajo de la tierra, cúbrela con tierra y riégala suavemente con una botella o atomizador.

Cubre la maceta con un plástico transpirable que te permita mantener las semillas cálidas y húmedas. Puedes utilizar película plástica (film transparente) o una bolsa de basura clara con algunos agujeros.

Recuerda colocar el recipiente en un lugar cálido donde le dé la luz solar. Debes revisarla frecuentemente, ya que no debes dejar que la tierra se seque por completo. Ten en cuenta que el exceso de calor o humedad puede provocar que la semilla se pudra, por lo tanto, procura equilibrar estos dos elementos.

Pasadas dos o tres semanas ya empezarás a ver el brote que sale de la tierra. En ese momento debes retirarle el plástico y colocar la pequeña planta donde le dé la luz solar directa.
Finalmente, recuerda que debes empezar a cuidar tu planta todos los días, proporcionándole agua, luz solar y abono orgánico.