Plantas moradas de interior: alegría y buena energía para tu hogar
Agrega color, calma y un toque de magia a tu hogar con estas hermosas plantas de interior.
El morado no es solo un color. Es una emoción, una presencia… y a veces, hasta una forma de energía.
A lo largo de las culturas y del tiempo, el morado ha estado cargado de significado. Se ha relacionado con la realeza, el misterio, la sabiduría y la sanación. Y dentro de casa, puede hacer algo increíble: cambiar el ambiente. Un cojín morado suaviza una habitación. Una flor morada alegra el día. ¿Y una planta morada? Ahí es donde empieza la magia.
Cada vez más personas eligen plantas moradas no solo por su belleza, sino por cómo se siente el espacio cuando están ahí. Algunas creen que atraen paz y buena energía. Otras dicen que ayudan a disipar el estrés, la tristeza o hasta las “malas vibras”. Creas o no en eso, hay algo que nadie puede negar: las plantas moradas destacan. Llaman la atención de la mejor manera.
Eso sí, no todas son fáciles de cuidar en interiores. Por eso hicimos esta lista con cinco opciones que sí lo son. Aunque no tengas experiencia, puedes tenerlas y ver cómo transforman tu casa. Todas son lindas, resistentes y llenas de personalidad. Van a alegrarte el espacio, sacarte una sonrisa… y tal vez cambiar un poco el ánimo también.
Aquí van cinco plantas moradas que te llenarán de color y buena energía.
1. Violeta africana (Saintpaulia)
Es una de las plantas más queridas en todo el mundo, y con razón. Tiene hojas suaves, aterciopeladas, y flores moradas que transmiten calidez. No florece una sola vez: con buenos cuidados, da flores una y otra vez, incluso en los meses fríos.
Se la relaciona con la calidez emocional. Muchos creen que invita a la paz, la compasión, y mejora las relaciones familiares. En el feng shui, se usa para atraer buena energía en el centro del hogar o en la “esquina del amor”.
¿Qué aporta?
Una sensación de consuelo, calma y cuidado. Ideal para lugares donde te gusta relajarte o recargar energía.
Cuidados:
Ubícala en una habitación cálida con buena luz indirecta. No le gusta que le mojen las hojas porque se manchan o se pudren. Lo mejor es regarla desde la base, dejando que la maceta absorba el agua desde un platito. También agradece la humedad, así que el baño o la cocina pueden ser buenos lugares si hay luz suficiente.
Dónde ponerla:
En ventanas soleadas, mesas pequeñas o incluso colgando. Mucha gente la tiene al lado de la cama o en su rincón de lectura.
2. Lavanda (Lavandula)
La lavanda no es solo para el jardín. También puede vivir feliz dentro de casa, y vale totalmente la pena. Sus tallos verde grisáceo y flores pequeñas en tonos morados dan un aire elegante y relajado. Y su aroma… es paz pura. Solo con pasar la mano, ya sientes cómo se baja la tensión.
Durante siglos se ha usado para limpiar la mente, calmar el cuerpo, y ayudar a dormir. Se quema para purificar el ambiente, se toma en infusión para bajar la ansiedad, y se pone debajo de la almohada para descansar mejor. Incluso hay quienes creen que bloquea la energía negativa.
¿Qué aporta?
Tranquilidad, descanso, relajación y claridad. Perfecta para dormitorios, rincones de meditación o espacios donde necesitas bajar el ritmo.
Cuidados:
Le encanta el sol. Necesita al menos 6 horas de luz directa al día. Usa una maceta con buen drenaje y un sustrato que no retenga demasiada humedad. No la riegues hasta que la parte superior de la tierra esté seca. Si se estira mucho, un corte la revitaliza.
Dónde ponerla:
Junto a una ventana, en la entrada, o cerca de un sillón. También queda hermosa en la cocina con buena luz.
Extra:
Puedes cortar ramos pequeños y colgarlos para secar. Después, guarda las flores secas en bolsitas de tela y úsalas en los cajones o la almohada. El aroma dura muchísimo.
3. Albahaca morada (Ocimum basilicum ‘Purpurascens’)
¿Quién dijo que las plantas comestibles no pueden ser decorativas? La albahaca morada tiene hojas brillantes entre granate y casi negro, con un aroma intenso y especiado. Llena el ambiente con solo tocarla.
En muchas culturas se asocia con la protección, la buena suerte y la abundancia. Y esta variedad morada, en especial, se considera una planta que ayuda a mantener los pies en la tierra y a despejar la mente.
¿Qué aporta?
Fuerza, confianza, energía y concentración. Ideal para la cocina, un escritorio o cualquier lugar donde quieras enfocarte.
Cuidados:
Necesita mucha luz. Lo ideal es colocarla cerca de una ventana soleada, orientada al sur si es posible. La tierra debe estar húmeda pero no empapada. Pódala seguido para evitar que florezca y mantener el sabor en las hojas.
Dónde ponerla:
En la cocina es perfecta, pero también se ve preciosa en una maceta colorida sobre la mesa. Hasta puede ser un centro de mesa comestible.
Extra:
Usa sus hojas en ensaladas, pastas, sándwiches o aguas saborizadas. Te aporta sabor y belleza en una sola planta.
4. Tradescantia (corazón morado o planta del incienso)
Crece rápido, tiene hojas de un morado brillante casi eléctrico, y cae con elegancia desde estantes o macetas colgantes. Algunas variedades tienen reflejos plateados o rosados, y su color se intensifica con la luz adecuada.
No solo es linda: muchas personas la usan para “atrapar” la energía pesada. Se suele colocar cerca de puertas o ventanas para actuar como una especie de filtro, dejando pasar solo lo bueno.
¿Qué aporta?
Movimiento, limpieza energética, vitalidad y protección. Va muy bien en entradas, estanterías o pasillos.
Cuidados:
Luz brillante pero indirecta para mantener el color intenso. Si se pone muy larga, recórtala para que crezca más densa. Riega cuando la capa superior de la tierra esté seca.
Dónde ponerla:
En macetas colgantes, estantes altos o incluso en el baño. La humedad del ambiente le sienta bien.
Extra:
Corta un tallito, ponlo en un vaso con agua y en pocos días tendrá raíces. Puedes plantarlo de nuevo o regalarlo a alguien.
5. Oxalis triangularis (trébol morado)
Tiene hojas en forma de triángulo que parecen mariposas, se abren con la luz y se cierran de noche. Es como tener una planta que “respira”. Su color morado es profundo y cambia con la hora del día.
Muchos la ven como símbolo de transformación. Es una planta en constante movimiento que inspira a soltar lo viejo y abrirse a lo nuevo. Ideal para momentos de cambio personal.
¿Qué aporta?
Alegría, fluidez, creatividad y renovación. Perfecta para espacios personales, escritorios o rincones donde te conectas contigo.
Cuidados:
Luz indirecta brillante y riego moderado. A veces entra en reposo y parece que se marchita, pero vuelve a brotar con fuerza. Solo espera y no la tires.
Dónde ponerla:
En una mesa de centro, junto a una ventana o en el escritorio. Aporta color y originalidad sin ocupar mucho espacio.
Dato curioso:
Cuando alguien la ve por primera vez, suele preguntar si es de verdad. Sí lo es. Y es maravillosa.
Datos curiosos sobre las plantas moradas
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El color tiene función. Las plantas moradas tienen pigmentos llamados antocianinas, que las protegen del sol fuerte y del frío. No es solo belleza—es estrategia natural.
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Son raras en la naturaleza. Por eso nos llaman tanto la atención. Nuestros ojos no están acostumbrados a ver mucho morado, así que destacan fácilmente.
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La albahaca morada cambia de color. Si no recibe suficiente luz, puede empezar a volverse verde. Dale más sol y recupera su tono intenso.
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La tradescantia es famosa en redes. La llaman “la planta morada indestructible” porque sobrevive cortes, olvidos, y hasta semanas en un vaso de agua.
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El aroma de la lavanda tiene efecto real. Está demostrado que baja el ritmo cardíaco y ayuda a reducir la ansiedad. No es solo mito.
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El oxalis actúa como reloj. Sus hojas se abren con la luz y se cierran al atardecer. Algunos lo usan como señal de que es hora de bajar las revoluciones.
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Las violetas africanas fueron regalos de la realeza. En el siglo XIX, se regalaban como símbolo de afecto y lealtad en Alemania e Inglaterra. Hoy siguen transmitiendo elegancia tranquila.
Pensamientos finales
Agregar un toque de morado en casa no solo embellece—cambia el ambiente. Estas cinco plantas no son decoración cualquiera. Tienen presencia. Tienen historia. Y además, tienen ese “algo” que hace que una habitación se sienta más viva.
No necesitas ser experta ni tener una jungla en casa. Con solo una o dos, bien colocadas, puedes transformar un rincón. Una en la ventana. Otra en el escritorio. Tal vez una tercera como regalo.
Y si además de alegrar el espacio, te alegran el día… ya valen el doble.