Qué plantar junto con los tomates para obtener una cosecha abundante es una pregunta común entre los jardineros. Si bien algunas combinaciones de plantas pueden obstaculizar el crecimiento, otras pueden mejorarlo. Los tomates, al ser algo exigentes con sus vecinos, requieren una cuidadosa consideración al seleccionar las plantas asociadas. Por ejemplo, se deben evitar cultivos como el repollo y las patatas, que comparten enfermedades similares, ya que pueden afectar negativamente a los rendimientos de los tomates.

Afortunadamente, existen compañeros adecuados para los tomates que no sólo conviven bien sino que también ofrecen beneficios. Los pepinos, aunque no son compañeros ideales, generalmente no interfieren con el crecimiento del tomate, aunque esta combinación no se recomienda en invernaderos debido a los diferentes requisitos de cultivo.

Las cebollas presentan otra opción, ya que su presencia puede ayudar a disuadir las plagas que afectan a los tomates. Sin embargo, plantarlos cerca puede comprometer la cosecha de cebollas.

En última instancia, el consenso entre los jardineros experimentados favorece a la lechuga como una excelente compañera de los tomates. La lechuga no sólo repele las plagas sino que también enriquece el suelo con compuestos que favorecen el crecimiento del tomate. Esta relación mutuamente beneficiosa mejora los rendimientos de los tomates y al mismo tiempo mantiene la salud del suelo.

En resumen, plantar lechugas junto con tomates es una opción inteligente para conseguir una cosecha fructífera. Con menos plagas y mejores condiciones del suelo, las plantas de tomate prosperan y, en última instancia, contribuyen a un suministro abundante de ingredientes frescos para ensaladas y otras delicias culinarias.