Muchos establecimientos hosteleros lo utilizan: es barato y ecológico

¿Funciona el método de colgar bolsas de agua para espantar a las moscas?

¿Funciona el método de colgar bolsas de agua para espantar a las moscas?

La llegada del próximo verano es quizá la más deseada en mucho tiempo. La primavera ha sido una de las más duras de los últimos años, con la población confinada en casa por la pandemia del coronavirus. Por eso, ahora que comienza el buen tiempo y que el covid-19 parece dar un respiro, los ciudadanos ya añoran tomar playas y terrazas.

Uno de los principales enemigos del descanso cuando suben las temperaturas son las moscas: son molestas y pueden llegar a ponerte de los nervios. Para quitarte de encima a estos insectos hay muchos trucos y uno de los más clásicos y emblemáticos es de colgar bolsas llenas de agua. ¿Quién no ha visto alguna vez en una terraza de su infancia una bolsa llena de agua como método para espantar a las pesadas moscas veraniegas? Una de las formas de perfeccionar este método es poniendo dentro de la bolsa unas mónedas.

Aunque podamos pensar que se trata de algo muy español, la realidad es que en Estados Unidos se levantó cierta polémica cuando algunos establecimientos urbanos y ecológicos adoptaron este truco como la más eficaz y limpia manera de mantener a las moscas al margen. Y es que, por higiene, es obligatoria mantenerlas lejos de los restaurantes puesto que pueden transmitir infecciones y el truco de la bolsa no está demostrado científicamente.

El principal argumento que esgrimen los defensores de la bolsa de agua para explicar su eficacia es que las moscas se asustan al verse reflejadas en las bolsa y por eso huyen del lugar. La forma de la bolsa hace que el objeto reflejado pueda verse deformado, dando una extraña sensación al insecto. El hecho es que hay estudios que demuestran que las moscas son capaces de sentir señales permanentes de miedo y prevención ante las amenazas. Un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) se dedicó a asustarlas en distintas condiciones y ritmos, observando su reacción y sus resultados demostraron que la respuesta de las moscas ante una amenaza visual no es solo la de un escape momentáneo y que implica un estado cerebral similar al miedo que puede sentir un ser humano.

También argumentan los defensores de la bolsa de agua que la mosca ve su reflejo agigantado y eso también la asusta, así como que otros objetos al verse con la luz traspasada de la bolsa o con las monedas que hay en su interior hacen que el insecto se vaya a toda velocidad.

La generalización del uso de este método hizo que el departamento federal de salud y medicamentos de Estados Unidos, la FDA, lo estudiara y finalmente no lo validara. Una resolución que obligaba a los restaurantes a utilizar otros cuya eficacia estuviera verificada por ensayos.

Tampoco los expertos entomólogos apuestan por este método y, aunque reconocen que la vista es uno de los sentidos más desarrollados de estos insectos, tienen muchas dudas sobre la explicación de que las moscas se asustan al verse reflejadas, aunque tampoco tienen argumentos para descartado de forma categórico. Por lo tanto, lo mejor es atender a la experiencia y, si una vez has colgado la bolsa de agua en el techo de tu terraza, las moscas que antes moraban por ahí desaparecen sigue con ello.