• Heidi Rosen es una escritora especializada en diseño de interiores, proyectos de bricolaje y vida sostenible. Le apasiona crear espacios hermosos y funcionales y ayudar a otros a hacer lo mismo.

Tu menta creció más de lo que imaginabas… ¿y ahora qué?

La menta es una de esas hierbas que crecen rápido y sin pedir demasiado. Puede prosperar en una maceta junto a la ventana o expandirse alegremente por todo el jardín. En primavera y verano, basta con un poco de sol y riego moderado para que empiece a multiplicarse, y antes de que te des cuenta, tienes más tallos de los que puedes usar en un solo día. Su aroma fresco y propiedades digestivas la hacen una planta muy apreciada, pero es común preguntarse qué hacer con tanta abundancia.

La buena noticia es que la menta es increíblemente versátil. Puedes aprovecharla en bebidas, postres, comidas saladas, remedios caseros e incluso en trucos para el hogar. Algunos proyectos son tan simples que los terminas en minutos, y otros, como las conservas, te permiten disfrutarla durante meses. Aquí encontrarás 10 ideas prácticas, sabrosas y creativas para dar un buen uso a tu cosecha y, de paso, sorprender a tu familia y amigos.


1. Agua infusionada estilo spa

Un clásico para aprovechar la menta fresca es preparar una jarra de agua infusionada. No solo ayuda a mantenerte hidratado, sino que también convierte un vaso de agua común en una experiencia refrescante. Llena una jarra con agua fría, añade un puñado de hojas de menta bien lavadas y combina con rodajas de pepino, limón o fresas para un toque frutal. Deja reposar en la nevera al menos una hora antes de servir, así los sabores se integran mejor.

Este tipo de agua es perfecta para reuniones, para acompañar comidas ligeras o simplemente para disfrutar durante el día sin recurrir a bebidas azucaradas. Si quieres darle un toque especial, añade cubos de hielo con hojas de menta dentro: no solo se ve bonito, sino que mantiene la bebida fría sin diluir el sabor. También puedes hacer versiones individuales en botellas reutilizables para llevar al trabajo o de excursión.


2. Ramo fresco como regalo

Un manojo de menta recién cortada puede ser un detalle encantador y útil para regalar. El aroma que desprende al entrar en una casa es fresco y agradable, y el destinatario podrá usarla en bebidas, ensaladas o postres durante la semana. Para armar un ramo, corta tallos largos, quita las hojas inferiores y colócalos en un pequeño frasco o botella con agua.

Puedes combinarla con otras hierbas como romero o albahaca para añadir variedad. Si quieres que dure más, envuelve el tallo con una toalla de papel húmeda y cúbrelo con una bolsita de papel kraft. Acompaña el ramo con una pequeña tarjeta con ideas de uso o una receta fácil. Este regalo es perfecto para anfitriones, vecinos o amigos, y no cuesta más que unos minutos de tu tiempo y un poco de tu cosecha abundante.


3. Preparar untable de menta (dulce o salado)

La menta puede convertirse en un delicioso untable que realce carnes, quesos o panes. Aquí tienes dos versiones: una dulce, en forma de jalea, y otra salada, en chutney fresco.

Jalea de menta

  • 2 tazas de hojas de menta picadas

  • 2 ¼ tazas de agua

  • 1 cucharada (15 ml) de jugo de limón

  • 3 tazas de azúcar

  • 1 sobre de pectina líquida

Instrucciones:

  1. Hervir las hojas en agua por 10 minutos, colar y reservar el líquido.

  2. Añadir jugo de limón y azúcar, llevar a hervor fuerte.

  3. Incorporar la pectina, hervir 1 minuto más.

  4. Envasar en frascos esterilizados y sellar.

Chutney de menta y chile

  • 2 tazas de menta

  • 1 taza de cilantro

  • 1 chile verde

  • 1 diente de ajo

  • Jugo de 1 lima

  • ½ cucharadita de sal

  • 2–3 cucharadas de agua

Instrucciones:

  1. Procesar todos los ingredientes hasta obtener una pasta suave.

  2. Guardar en la nevera hasta 1 semana.

Ambos son excelentes para regalar junto a pan, galletas saladas o quesos.


4. Cócteles o mocktails refrescantes

La menta es una de las hierbas más usadas en coctelería por su aroma y frescura. Un mojito clásico, con ron, azúcar, lima y soda, no sería lo mismo sin hojas de menta machacadas. Para una opción sin alcohol, prueba un “no-jito”: sustituye el ron por agua con gas y endulza al gusto.

También puedes experimentar con combinaciones como limonada de menta y frambuesa, té helado con menta y mango, o margaritas de naranja y menta. Machacar las hojas suavemente antes de añadir los líquidos ayuda a liberar los aceites esenciales. Como detalle de presentación, decora cada vaso con una ramita fresca.

Si quieres regalar esta experiencia, arma un kit de coctelería con un frasco de jarabe simple infusionado con menta, una lima fresca y una receta impresa.


5.  Saquitos aromáticos

La menta seca también es un excelente repelente natural para cajones, armarios y maletas. Llena pequeñas bolsitas de tela con hojas secas y colócalas en lugares donde quieras mantener alejadas las polillas o dar un aroma fresco.

Estos saquitos son fáciles de hacer y perfectos para regalar en juegos de tres o cuatro, acompañados de una nota explicando sus usos.


6. Refrescante natural para el aliento

Masticar hojas frescas de menta es una solución rápida y natural para refrescar el aliento sin recurrir a chicles o caramelos industriales. Además de su sabor fresco, la menta contiene compuestos que pueden ayudar a combatir bacterias en la boca. Lava bien las hojas antes de masticar y guárdalas en la nevera en un recipiente hermético para que se mantengan crujientes.

Puedes hacer “pastillas” caseras congelando hojas individuales en cubos de agua de coco o jugo de limón, que luego se dejan descongelar lentamente en la boca. Esta idea, presentada en una bolsita decorativa, es un regalo original para amigos que aprecien lo natural.


7. Pesto de menta

Aunque el pesto tradicional lleva albahaca, la menta le da un giro fresco y aromático a esta salsa italiana. Tritura hojas de menta con nueces o almendras, ajo, queso parmesano y aceite de oliva hasta obtener una pasta suave. Ajusta la textura con más aceite y la sal a tu gusto.

Este pesto es ideal para pastas, ensaladas de verano, carnes a la parrilla o como dip para pan. Guarda en la nevera cubierto con una fina capa de aceite para que conserve su color verde. Envasado en un frasco bonito, se convierte en un regalo gourmet que cualquiera apreciará.


8. Conservar en cubos

Congelar menta es una manera fácil de tenerla lista todo el año. Lava y seca bien las hojas, colócalas en una cubitera y cúbrelas con agua o aceite de oliva. Congela y luego transfiere los cubos a una bolsa hermética.

Los cubos de menta en agua son perfectos para bebidas frías; los de aceite funcionan muy bien en salteados y guisos. Etiqueta las bolsas con la fecha para consumir en los próximos 6 meses.


9. Vinagreta de menta

La vinagreta de menta aporta un toque fresco y ácido a ensaladas y verduras asadas. Mezcla hojas de menta picadas con aceite de oliva, vinagre de vino blanco, mostaza Dijon, sal y pimienta. Deja reposar al menos 30 minutos antes de usar para que los sabores se integren.

En una botella decorativa con etiqueta, esta vinagreta es un regalo perfecto para amantes de la cocina.


10. Té de menta reconfortante

El té de menta es una bebida sencilla que puedes preparar fresca o seca, perfecta para después de las comidas o antes de dormir. Para la versión caliente, coloca un puñado de hojas frescas en una taza, vierte agua caliente y deja reposar 5–10 minutos. Endulza con miel si lo prefieres.

Para una opción fría, prepara el té como de costumbre, pero deja enfriar y sirve con hielo y rodajas de limón. El té de menta es conocido por ayudar a la digestión y aliviar malestares estomacales leves.

Un frasco de té de menta seca, con una etiqueta bonita y un lazo, es un regalo fácil y elegante. Si tienes mucha menta, seca ramilletes enteros en un lugar ventilado, guárdalos en frascos y tendrás té casero todo el año.


Pensamientos finales

La menta no es solo un adorno: es un ingrediente versátil que puede transformar tu cocina, tu hogar y hasta tu rutina de autocuidado. Cuando tienes más de la que creías posible, piensa en esa abundancia como una oportunidad. Cosecha por la mañana, antes de que floree, y corta por encima de un nudo para que rebrote con más fuerza. Si se te desmadra en el jardín, mantenla en maceta o divide la mata a comienzos de primavera u otoño.

Para conservarla fresca unos días, trátala como a un ramo: en un vaso con agua y una bolsa suelta por encima en la nevera; o envuelve los tallos en toalla de papel húmeda dentro de un contenedor. Para secarla, haz ramilletes pequeños y cuélgalos en un lugar oscuro y ventilado, o usa deshidratador a baja temperatura; guarda las hojas enteras en frascos opacos y desmenúzalas al usar. Congélala en cubos de agua (bebidas) o aceite (salteados) para disfrutarla todo el año.

Piensa también en regalos: un “kit de menta” con miel infusionada, chutney y dos saquitos aromáticos, todo etiquetado con fecha e instrucciones. ¿Variedades? Hierbabuena, peppermint o “chocolate mint” aportan matices distintos a bebidas y postres. Elige uno de los proyectos de esta lista y da el primer paso hoy: tu menta —y tus recetas— te lo van a agradecer.

Frasco, bebida refrescante y saquito aromático elaborados con hojas frescas de menta