Hay varios trucos para realizar una limpieza exhaustiva sin que sea complicado y tedioso

Cómo limpiar las persianas de casa de forma eficaz

Las persianas junto con las ventanas constituyen dos de los elementos del hogar que más se ensucian y que más cuestan limpiar. Su contacto con el exterior es lo que provoca que la suciedad se acumule con más facilidad, y es por ello que a veces resulta laborioso proceder a su limpieza y, sobre todo, alcanzar resultados duraderos. Sin embargo, podemos emplear varios trucos para que este proceso no sea tan tedioso y conseguir que sea más eficaz.

Primero por fuera

Si queremos hacer una limpieza en profundidad y que se prolongue en el tiempo, lo mejor es comenzar con esta tarea después del periodo invernal. Durante esta época así como en primavera, las lluvias y el mal tiempo en general provocarán que se ensucien más, y si estamos en una ciudad la polución por las calefacciones contribuirán a un empeoramiento de su apariencia.

Las persianas se tienen que limpiar por fuera y por dentro. Lo aconsejable es empezar siempre por la parte externa. Aquí es donde se acumulan más restos de polvo, contaminación o gotas de agua. Si tu vivienda está en un piso superior, no es necesario que desmontes la persiana para limpiarla. Simplemente tendrás que abrir el tambor donde se ubica y se enrolla cuando la recogemos. A través de este parte accedemos a su parte exterior, que habrá que ir desenrollando a medida que la vayamos limpiando.

A continuación bastará con pasar un trapo húmedo para ir quitando la suciedad de las láminas, generalmente de PVC, pasándolo bien por cada recoveco. Lo podemos impregnar de agua tibia y jabón o si nos gusta más, de limpiacristales. Después hay que pasar otro paño seco para quitar la humedad y asegurarte de que no que dada ningún resto de suciedad.

También podemos usar un cepillo de cerdas blandas con agua y jabón, empezando el proceso de arriba hacia abajo. A continuación, igualmente deberemos secarla con un trapo de algodón.

El cajón interior donde se recoge la persiana también se tiene que limpiar pues aquí se suele acumular bastante polvo. En este caso, para conseguir mayor eficacia, se recomienda pasar el aspirador.

Si vivimos en un bajo lo tendremos más fácil, pues simplemente tendremos que bajar la persiana y limpiarla de igual modo que lo hagamos por dentro. Incluso si nos resulta más cómodo y podemos, es posible recurrir a una manguera y echarle un chorro de agua, después de haberla puesto algo de jabón.

Limpiar persianas

El interior

Una vez hayamos abordado el exterior nos queda la parte de dentro. Primero hay que bajar la persiana y para quitarle esa primera capa inicial de polvo, lo ideal es pasar la aspiradora. A continuación el proceso es igual que en la parte de fuera, podemos usar un paño húmedo, incidiendo bien en los espacios entre las ranuras o emplear un cepillo de cerdas blandas. Una vez que hayamos limpiado bien todos los listones los secaremos con un paño seco para eliminar los restos de humedad. Lo ideal siempre es empezar por arriba y luego ir bajando, pues de este modo se va arrastrando toda la suciedad acumulada.

Una forma de mantener las persianas limpias por dentro sin tener que realizar una limpieza en profundidad cada cierto tiempo, consiste en pasar un plumero o paño por las mismas cada vez que limpies las ventanas. De esta manera, evitas que el polvo se vaya acumulando en exceso.

Limpieza de cristales

Según el material

Las persianas de aluminio se limpian mejor si usamos un trapo impregnado de alcohol isopropílico. Este producto se seca con rapidez, de modo que no será necesario pasar otro paño posteriormente para secarlo.

Para las que son de PVC, se recomienda usar el detergente que empleamos como lavavajillas, pero si queremos unos resultados mayores podemos emplear agua tibia mezclada con vinagre blanco de limpieza y añadir a su vez unas gotas de lavavajillas. Es aconsejable que antes de humedecer la persiana hayamos quitado los restos de polvo o partículas variadas, bien por medio de la aspiradora, bien con un plumero o similar. Después, como siempre, habrá que secar y perfeccionar con este proceso el resultado final.

Cuando las persianas son de madera entonces tendremos que recurrir a productos específicos para limpiar este material. En la actualidad, existen artículos destinados a este objetivo pues si abusamos del agua podemos contribuir a un mayor deterioro de la madera. Luego, el procedimiento es el mismo. En un primer momento, se deben eliminar las partículas de polvo y acto seguido pasar un trapo impregnado con la sustancia apropiada. Es mejor hacerlo así que no echar directamente esta sobre la superficie de la persiana. De este modo, además de ser más eficientes, economizaremos el producto.

En el caso de que sean persianas de tela, puedes quitarlas si son desmontables, y directamente limpiarlas en profundidad con una esponja bien escurrida pero que previamente hayas mojado con agua y jabón. Después, puedes quitar la humedad con un trapo y colgarlas hasta que se sequen del todo de forma natural.